“Hay un cuadro de Klee (1920) que se titula Ángelus
Novus. Se ve en él a un Ángel al parecer en el momento de alejarse de algo
sobre lo cual clava su mirada. Tiene los ojos desencajados, la boca abierta y
las alas tendidas. El ángel de la Historia debe tener ese aspecto. Su cara está
vuelta hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece en una cadena de
acontecimientos, él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar ruina sobre
ruina y se las arroja a sus pies. El ángel quisiera detenerse, despertar a los
muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende del Paraíso y
se arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas. Esta
tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las
espaldas mientras el cúmulo de ruinas sube ante él hacia el cielo. Tal
tempestad es lo que llamamos progreso”.
(W.
BENJAMIN (1971) en EDHASA BARCELONA AngelusNovusp.82).
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