Hay diversas
perspectivas desde las que se puede afrontar una reflexión sobre el patrimonio.
Podría comenzarse con un análisis formal del concepto. En este sentido, hablar
de patrimonio es hablar de lo que se posee, de la hacienda y bienes, materiales
o inmateriales, muebles o inmuebles, de una persona o de un grupo.
Fundamentalmente se refiere a los bienes que son heredados tal como es el
sentido etimológico del término cuyo origen latino es la palabra patrimonium, lo que se hereda del padre.
Por extensión, también puede referirse, en el sentido económico, a los bienes
que son adquiridos o producidos por los individuos o grupos y que legarán a sus
descendientes.
De este concepto general se pueden seguir otras nociones
derivadas, tales como patrimonio económico, patrimonio histórico, patrimonio
cultural, patrimonio arquitectónico…
Hablamos de patrimonio
para referirnos al conjunto de bienes heredados del pasado y de patrimonio
arquitectónico para referirnos a los bienes edificados, de cualquier época, a
los que la sociedad atribuye un valor cultural e histórico. Esta idea de darle
valor al patrimonio histórico y arquitectónico comienza en la época de la
Ilustración.
Desde finales del
siglo XX, patrimonio es un término en marcha que está en
constante revisión. Hablamos del Patrimonio Material y del Inmaterial; de que
es un recurso social de beneficio; de que es una industria cultural de que se
relaciona con la sostenibilidad; o incluso como escenografía cultural.
Tipos de
patrimonio:
-
Tangible: arqueológico, arquitectónico, etnográfico o industrial.
-Intangible:
folclore-música, lengua (historia oral), artesanía, oficios, costumbres, deportes.
Detalle
columna, Iglesia del Salvador, Sevilla.
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